Adventistas

La Iglesia Adventista del Séptimo día surge en el seno del protestantismo norteamericano.

William Miller (1782-1849) originario de Pittsfield y de confesión Bautista, inspirado en la profecía Bíblica: “Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas, luego el santuario será purificado” (Daniel 8,14), tuvo una revelación de acuerdo a la cual el 22 de octubre de 1844 Cristo regresaría a la tierra y con él, la era del juicio. Como este pronóstico efectivamente no se produjo, la situación dio origen a un enfrentamiento entre Miller y Ellen Gould White (1826-1915). Esta última, una talentosa mujer que desde su juventud había tenido gran afinidad con la prédica escatológica de Miller, pero que concluyó gestando un decisivo cisma en del que surgieron diferentes grupos, entre ellas, La Iglesia de Dios, La vida y la Unión Adventista, los Adventistas Cristianos y la más difundida en la actualidad, los Adventistas del Séptimo Día.

Los Adventistas del Séptimo Día

Este grupo surge bajo la inspiración de la adversaria de Miller, Hellen Gould Harmon, quien reorganiza el movimiento. Su enorme producción literaria le da una cohesión al grupo, lo cual conforma un aporte fundamental para el grupo. Juento a su esposo, el pastor adventista J. White, funda “The Advent Review Sabbath Herald” y en 1860, la Iglesia Cristiana Adventista que desde 1863 se constituye en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Tras la muerte de su esposo, Hellenllega a ser la matriarca del grupo y derivará su teología a cuestiones relacionadas con la gracia y aproximándose a la línea central de la Iglesia evangélica. También apareció un componente iniciático, experiencias cercanas a la muerte y temas relacionados con el chamanismo.

Respecto a la profecía original de Miller, Hellen White interpretaría que Cristo se aproximó en octubre de 1844 al santuario para purificarlo. A partir de esa fecha, comenzaría el “juicio de investigación” que se presentaría al Padre para juzgar quienes son dignos de expiación en función de su arrepentimiento y su fe. Sobre Satán recaerán los pecados de los arrepentidos.

Las enseñanzas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, se basan en el próximo advenimiento de Jesucristo que llegará a la tierra en forma real y visible para dar vida a todos aquellos justos que murieron antes de tal acontecimiento. Acto seguido, Satanás será aniquilado.

Después del retorno de Cristo a la tierra, los fieles vivirán con Cristo un reino milenario en el cielo. Solo al final del milenio, los justos volverán del cielo con Cristo. Entonces, los que hubieran muerto en el pecado, resucitarán para asistir al juicio universal. Los justos habitarán una nueva Jerusalén edificada en la tierra, mientras que los impíos serán definitivamente aniquilados.

Doctrinariamente, los adventistas reconocen como única regla de fe la Sagrada Escritura y profesan las verdades cristianas dentro del espíritu de la Reforma: Trinidad, divinidad de Jesucristo, Justificación por la fe. Practican el bautismo a través de la inmersión y solo se realiza en los adultos. El sábado, séptimo día de la semana según la tradición hebrea, es observado como día de descanso y culto por sobre el domingo, más afin a los grupos cristianos.

Los adventistas practican una vida sana. El alcohol y el tabaco están prohibidos, como también los alimentos impuros citados en la Biblia. Este deber por cuidar la saludo, los ha llevado a una dieta casi vegetariana y al desarrollo institucional de centros médicos y educativos en todo el mundo. Entre los aspectos sociales, cabe destacarse la creación de la Asociación Internacional para la Defensa de la Libertad Religiosa.

Sitio oficial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día